miércoles, 1 de abril de 2020

El Capítulo 9 del Evangelio de san Juan, donde se habla de la curación de un ciego nacimiento por Jesús de Nazaret (Jn 9, 1-41)

El Capítulo 9 del Evangelio de san Juan, donde se habla de la curación de un ciego nacimiento por Jesús de Nazaret (Jn 9, 1-41)
Por
Angel R. Cepeda Dovala
Laudetur Iesus Christus
Alabado sea Jesucristo

Preámbulo

Al concluir, el Santo Papa Francisco la Oración del Ángelus en el Cuarto Domingo de Cuaresma 2020 del Ciclo A, en tiempos de pandemia, nos exhortó a tomar el Evangelio y a leer “tranquilamente, lentamente” el capítulo 9 de Juan, y nos comenta que: “Lo haré también yo”, y asegura “Nos hará bien a todos”. (Cf. Bibliografía, numeral 5).

Presentación

El presente escrito tiene como objetivo aprender y profundizar, poco a poco, lentamente, para reflexionar y meditar el extraordinario episodio bíblico del Capítulo 9 del Evangelio según san Juan, donde se habla de la curación de un ciego nacimiento por Jesús de Nazaret (Jn 9, 1-41). El contenido del presente escrito, cuenta con: Preámbulo, Presentación, Introducción, contempla tres partes íntimamente interrelacionadas del tema: Primera parte. División del Capítulo 9 del Evangelio de Juan en 7 subtemas; Segunda Parte. Comentarios a los 7 subtemas del Capítulo 9 del Evangelio de Juan, y, Tercera Parte. Los 7 Grandes Mensajes del Capítulo 9 del Evangelio de Juan; además, de la Bibliografía consultada, dividida en 5 partes, que incluye distintos textos bíblicos, del Antiguo Testamento (AT) y del Nuevo Testamento (NT), y otras fuentes.  

Introducción

San Juan es el Águila que simbólicamente se le representa en el Arte Sacro, emplea la palabra “signo” (semeion), para designar los milagros de Jesús. El número 7 tiene un sentido de plenitud y perfección en la tradición bíblica, y Juan ve el signo en 7 escenarios. Jesús daba enseñanzas llenas de sabiduría, interpretaba, explicaba, y aplicaba la Sagrada Escritura, compasiva, misericordiosamente, y amorosamente, en la Semana de los Tabernáculos, también conocida, como Semana de las Tiendas (Sukkot) o Semana de las Luces (Janukka), en donde el agua de la piscina de Siloé que significa Enviado, y símbolo del Bautismo y de las bendiciones mesiánicas, que iluminan a la humanidad.

Cristo es el médico que los enfermos necesitan, no lo dice san Marcos a quien se le representa como un León (Cf. Mc 2, 17), que tiene compasión y cura a los enfermos dolientes de toda clase, nos dice San Mateo a quien representan simbólicamente como un Angel (Cf. Mt 4, 24), y son un signo de que Dios ha visitado a su pueblo, (Cf Lc 7, 16), no dice el médico san Lucas, a quien se le representa como un Toro. En el capítulo 9 del Evangelio de san Juan, Jesús cura a un ciego de nacimiento, aparece el simbolismo del Bautismo, pues mediante la limpieza con el agua, nos permite ver, se sirve de signos para curar como la saliva, el barro, el agua de la piscina de Siloé, la luz, (Cf. Jn 9, 6 s), y es Cristo, el Enviado de Dios, quien nos abre los ojos, quien nos da la luz y nos cura y limpia del pecado original, a través del Sacramento del Bautismo.

Jesús es la Luz, que proclamó cuando dijo: “Yo Soy la Luz del Mundo” (Cf Jn 9, 5 y su paralelo Jn 8, 12), el “Yo Soy” nos recuerda el nombre sagrado revelado por Dios a Moisés en el Libro del Éxodo (Cf. Ex 3, 14), “Yo Soy el que Soy”, “Yo Soy”, que su forma abreviada en hebreo es YHWH (Yahvéh); y, Jesús es “Luz del Mundo”, porque ilumina nuestra mente, nuestro espíritu, y nuestros corazones con la verdad, en donde la luz es el símbolo de la vida, felicidad y alegría, y el mundo, es el globo terráqueo que habitamos.

San Juan, nos dice quién es Jesús, es el Enviado de Dios (Cf Jn 4, 34); pero también, Jesús es amor, el buen pastor, es bondadoso, humilde y misericordioso, que tiene compasión del ciego de nacimiento, que sale a su encuentro, que lo sana ante su sincera conversión, y que Jesús es el Mesías, el Hijo de Hombre, es el Verbo Encarnado, creado desde el Principio que era el Logos, la Palabra, que trae luz a la humanidad (Cf. Jn 1, 14).

En el presente escrito sobre el Evangelio de Juan, Capitulo 9 (Jn 9, 1-41), donde se habla de la curación de un ciego nacimiento por Jesús de Nazaret (Jn 9, 1-41), es un extraordinario relato del evangelio, lleno de simbolismo y signos, en donde Jesús hace el milagro de curarlo, la actitud del ciego, iluminado por Jesús, es siempre humilde y de respeto, cree en el hijo de hombre que es Cristo, y con serenidad, prudencia, e irónicamente, desarma a sus adversarios, ya sean sus vecinos o la autoridad farisea, cuya ceguera espiritual iba en aumento, conforme transcurrían los interrogatorios al hombre que fue ciego y a sus padres.

Primera parte. Capítulo 9 del Evangelio de Juan en 7 subtemas. 

1. Diálogo de Jesús con sus discípulos, y curación del ciego de nacimiento (Jn 9, 1-7).

2. Diálogo entre vecinos y el ciego curado (Jn 9, 8-12).

3. Interrogatorio primero de los fariseos incrédulos al ciego que sano Jesús (Jn 9, 13-17).

4. Interrogatorio único de los judíos a los padres de su hijo sanado por Cristo (Jn 9, 18-23).

5. Interrogatorio segundo de los fariseos al ciego que sano Jesús (Jn 9, 24-34).

6. Jesús, el Hijo del hombre, y el ciego curado que le responde: “Creo Señor” (Jn 9, 35-38).

7. Jesús vino al mundo a un juicio, y la ceguera espiritual de los fariseos (Jn 9, 39-41).

Segunda parte. Comentarios al Evangelio según San Juan Capítulo 9 (Jn 9, 1-41).

1. Dialogo de Jesús con sus discípulos, y curación del ciego de nacimiento (Jn 9, 1-7).

Jn 9, 1-2. Los discípulos de Jesús, piensan mecánicamente, conforme a la creencia popular de esa época, de que la enfermedad personal o de sus padres, era consecuencia del pecado, pues, Dios castigaba la culpa de los padres en los hijos, nietos y bisnietos, (Cf. Ex 20, 4, Ex 34, 7, y Nm 14, 18), sin considerar, las correcciones de los profetas Jeremías y Ezequiel (Cf. 31, 29-30 y Ez 18). Sin embargo, el contexto de la creencia popular es importante, y Jesús la atendió en su momento.

La conexión entre la enfermedad y el pecado, por ejemplo, la podemos ver en los Libros del Génesis y el Éxodo. Dios creo al hombre para la felicidad (Cf. Gn 2), y la enfermedad, contraria a la intención profunda de Dios, entró como consecuencia del pecado (Cf. Gn 3, 16-19), y uno de los signos de la ira de Dios, fue dar castigo contra el mundo pecador (Cf. Ex 9, 1-12). La enfermedad es un camino de conversión, como la enfermedad y curación de Ezequías, que nos relata el profeta Isaías (Cf. Is 38, 1-7 y 2 Re 20, 1-11), o en el caso de una enfermedad grave, la súplica del orante, apela a la misericordia, ante la divina ira y cólera de Dios, justificada por las malas acciones de los hombres (Cf. Salmo 6).

Jn 9, 3. Jesús supera la creencia popular que le preguntaron sus discípulos, y responde que la enfermedad del ciego, no es pecado de él, ni de sus padres, es para que se manifiesten en él las obras de Dios. La respuesta de Jesús, representa la preparación del inicio de los signos milagrosos de la curación paulatina del ciego. Jesús tiene el poder de curar y de perdonar los pecados (Cf. Mc 2, 5-12). 

No es suficiente para Jesús, interpretar la enfermedad en un sentido ajustado y angosto por sus discípulos, sino en un sentido ancho, amplio, y profundo, en una perspectiva de retribución, pues sabía que: Dios retribuidor es Yahvéh (Cf. Jr 51, 56), y que la enfermedad es consecuencia del pecado, signo del poder de Satán sobre los hombres (Cf. Lc 13, 16), que siente piedad sobre los enfermos, curando a dos ciegos, con solo tocarlos, como ocurrió en Jericó (Cf. Mt, 20,29-34), piedad que lo inspira a la acción, sin detenerse en la distinción entre enfermedad natural y lo que es una posesión del demonio, sencillamente, con humildad expulsa espíritus y cura a los enfermos, cumpliendo lo anunciado por el profeta Isaías (Cf. Mt 8, 16-17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo, Jesús lo practico (Cf. Mc 1, 25 s) 

Jn 9, 4-5. Previo al milagro, Jesús anticipa veladamente el significado del signo, el trabajo de día, es su vida, y la noche su muerte. Dar la vista es iluminar, el ciego pasó de la noche al día, de las tinieblas a la luz. Jesús es el Enviado y la Luz del Mundo, Él que resucito al tercer día. Es una clave simbólica extraordinaria maravillosa y del relato de Juan, que nos habla de lo natural (humanidad) y sobrenatural (divinidad).

Jn 9, 6-7.  Los signos son la tierra, la saliva de Jesús, y el barro que hace con el trabajo de sus manos, y lo ungió en los ojos del ciego, con un mandato, de que el ciego se lave con agua en la piscina de Siloé, que significa Enviado, y así logró recuperar su vista, demostrándose el verdadero sentido del milagro: Jesús es el Enviado donde el ciego se limpia para poder ver, es como una explicación del bautismo, nos da la luz y nos cura y limpia del pecado a través del sacramento.  

Para Isaías, era muy apreciado, la curación de los ciegos. Los ojos cerrados y la ceguera, significan cerrase al Plan de Dios. (Cf. Is 6- 8-10). El abrir los ojos y el volver a ver, representa la promesa para el tiempo de salvación por el Mesías (Cf. Is 35, 1-10; Is 42, 5- 9. 16-21), en donde, el ciego pasó de las tinieblas física a la luz espiritual.  Ahora bien, esta vida la llevamos en "vasos de barro" (Cf. 2 Co 4,7). Actualmente está todavía "escondida con Cristo en Dios" (Col 3,3). Nos hallamos aún en "nuestra morada terrena" (Cf. 2 Co 5,1), sometida al sufrimiento, a la enfermedad y a la muerte.

La curación del ciego de nacimiento, es el gran acontecimiento para toda la humanidad, y simboliza, que Jesús da, y proyecta al mundo, la luz espiritual y divina que da la vida, pues somos ciudadanos de la luz de Dios y no de las tinieblas de Satán (Cf. 1 Ts 5, 1-10). El enfermo curado está ante Dios.

El hombre del Antiguo Testamento vive la enfermedad de cara a Dios. Ante Dios se lamenta por su enfermedad (Cf. Sal 38) y de Él, que es el Señor de la vida y de la muerte, implora la curación (Cf. Sal 6,3; Is 38). La enfermedad se convierte en camino de conversión (Cf. Sal 38,5; 39,9.12) y el perdón de Dios inaugura la curación (Cf. Sal 32,5; 107,20; Mc 2,5-12). Israel experimenta que la enfermedad, de una manera misteriosa, se vincula al pecado y al mal; y que la fidelidad a Dios, según su Ley, devuelve la vida: "Yo, el Señor, soy el que te sana" (Ex 15,26). El profeta entrevé que el sufrimiento puede tener también un sentido redentor por los pecados de los demás (Cf. Is 53,11). Finalmente, Isaías anuncia que Dios hará venir un tiempo para Sión en que perdonará toda falta y curará toda enfermedad (Cf. Is 33,24).

2. Diálogo entre vecinos y el ciego curado (Jn 9, 8-12).

El diálogo muestra que las opiniones de los que conocían al ciego de nacimiento que curo Jesús, estaban divididas, había disensión o desacuerdo, no eran unánimes. Con respecto a la pregunta despectiva: ¿No es éste el que se sentaba para mendigar? Unos decían “Es él”, “No, decían otros, sino que es uno que se le parece”, pero el mendigo, con sencillez y humildad, les respondió contundentemente “Soy yo”, y a la pregunta menos ofensiva: ¿Cómo, pues, se te han abierto los ojos?, él explicó dando como respuesta, su testimonio del milagro y el nombre de su benefactor: Jesús. Y los vecinos vuelven interrogar en tono despectivo. ¿Dónde está ése?, respondió “No sé”. Este diálogo refleja también, a las personas que por ignorancia no conocen a Jesús el Enviado de Dios, son déspotas, arrogantes, y presunciosos, que tienen ceguera espiritual como la de los presuntuosos, arrastrados e hipócritas fariseos que estaban en contra de Jesús. (Cf. Mt 13, 10-16, Jn 12, 39-40, Jn 5, 44).

3. Interrogatorio primero de los fariseos incrédulos al ciego que sano Jesús (Jn 9, 13-17).

Y llevan al mendigo ante los fariseos, pues Jesús lo sano en un día sábado, y da inicio el interrogatorio con tres preguntas de los fariseos divididos, en donde las autoridades religiosas no fueron unánimes, la pregunta 1. ¿Cómo había recuperado su vista?, y el hombre sanado de la vista respondió, a los fariseos arrastrados (Cf. Jn 5, 44) que no creían en Jesús: “Me puso barro sobre los ojos, me lave y veo”, y la conclusión fue Jesús no viene de Dios porque no guardo el sábado.

Aclaración. Sobre la ley del sábado, hay que aclarar, que Jesús ha sido acusado en falso en quebrantar esta ley, en el Evangelio se relatan muchos incidentes al respecto, pero Jesús nunca falto a la santidad de este día (Cf. Mc 1, 21; Jn 9, 16), da una interpretación auténtica de la ley: “El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado” (Mc 2, 27). Cristo tiene compasión, y con toda autoridad, proclama la legalidad para salvar la vida en sábado: “es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla” (Cf. Mc 3, 4). El sábado es el día del Señor de las Misericordias y del Honor de Dios (Cf. Mt 12, 5; y, Jn 7, 23); y, “El Hijo del hombre es Señor del sábado” (Mc 2, 28).

Luego viene la pregunta de los fariseos que creían en Jesús, en su diálogo interceden con generosidad por el ciego y Jesús: 2. ¿Cómo un pecador puede realizar semejantes signos?, pero en el pasaje bíblico no hay una respuesta, ¿Por qué? Porque había disensión entre los fariseos, por ejemplo, el magistrado judío Nicodemo, que le dijo a Jesús: “Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar los signos que tu realizas si Dios no está con él” (Cf. Jn 3, 2) y el notable José de Arimatea eran en secreto discípulos de Jesús (Cf. Jn 19, 38-39).

La tercera pregunta fue de los fariseos arrastrados: 3. ¿Y tú que dices de él, ya que te ha abierto los ojos?, y el hombre sano de su vista respondió con humildad: “Que es un profeta”, y para complementar y conocer mejor este magistral pasaje de Juan, ver a Mateo que nos habla sobre la Profesión de fe y primado de Pedro, las interrogantes que Jesús hace a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo de hombre? Y vosotros ¿Quién decís que soy yo? (Cf Mt 16, 13-20). 

4. Interrogatorio único de los judíos a los padres de su hijo sanado por Cristo (Jn 9, 18-23).

San Juan a partir del versículo 18, llama a los fariseos con el nombre de judíos (Cf. 9, 18), y estos, con similar actitud a la de los vecinos incrédulos, no creyeron que el hombre hubiera sido ciego y hubiera recobrado la vista, con el afán excluyente de descartar el milagro de Jesús, los judíos, llaman a los padres del hijo sanado por Jesús, y continúan con el interrogatorio amenazante e intimidatorio, con dos preguntas: ¿Este es vuestro hijo, el que decís que nació ciego? ¿Cómo, pues, ve ahora?, a lo que los padres respondieron afirmativamente a la primera pregunta, pero en el caso de la segunda, respondieron que no sabían, y que por la edad de su hijo ya podía hablar de sí mismo, los judíos deben preguntarle a él; pues, los padres tenían temor y miedo a los judíos, pues estos se habían puesto de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo quedara excluido de la sinagoga, por ello dijeron los padres: “Edad ya tiene; preguntadle a él.”

Cabe destacar que en todo el capítulo 9 de san Juan, se menciona una sola vez la palabra Cristo en el versículo 22, (Cf. Jn 9, 22). Cristo viene de la traducción griega del término hebreo "Mesías" que quiere decir "Ungido". Pasa a ser nombre propio de Jesús porque Él cumple perfectamente la misión divina que esa palabra significa. Y también, es necesario precisar, que la redacción del Evangelio de San Juan, se basó en la predicación oral de él, y su primera edición del Evangelio fue alrededor de los años 40-60 d.C., y los discípulos de Juan hacen la última edición entre los años 90-100 d.C. Fue en esa época de la redacción del Evangelio, que los judíos consumaron la expulsión de los cristianos nazarenos, llamados así por ser de Nazaret, que incluía la excomunión, expulsión de la sinagoga, hasta la muerte. Jesús fue llamado Nazareno (Cf. Jn 16, 1-4; y Mt 2, 23).  
   
5. Interrogatorio segundo de los fariseos al ciego que sano Jesús (Jn 9, 24-34).

Al llamar en segunda ocasión al hombre que fue ciego, los fariseos le hacen una advertencia: “Da gloria a Dios”, pues según su ceguera los fariseos, decían que ese hombre es un pecador, refiriéndose a Jesús, sin mencionar su nombre. “Da gloria a Dios” para pedir a alguien diga la verdad y repare una ofensa hecha a Dios, por ejemplo, “Dijo entonces Josué a Akán: «Hijo mío, da gloria a Yahveh, Dios de Israel y tribútale alabanza; declárame lo que has hecho, no me lo ocultes».” (Cf. Jos 7, 9; Jr 13, 16s).

En el diálogo del mendigo e “ignorante” ciego curado e iluminado milagrosamente por Jesús de Nazaret, ante el 2° interrogatorio lleno de injurias, de las “cultas” arrogantes y déspotas autoridades fariseas de Jerusalén, el hombre iluminado por Jesús, él que abrió los ojos y recupero su vista, refuta con humildad, elegancia y categóricamente, a los arrastrados fariseos, que al sentiste rebasados ante la erudita charla en las interlocuciones, optaron por echarlo fuera, mostrando los fariseos, una vez más, demuestran ser prepotentes e ignorantes, con una sobresaliente ceguera espiritual por negar a Jesús, (Cf. Is 1, 15), y recordemos lo que dice el libro de los Proverbios: “Yahveh se aleja de los malos, y escucha la plegaria de los justos” (Cf. Pr 15, 29).

En cambio, el ciego curado e iluminado, va penetrando cada vez más, en el misterio de Jesús, “Una mirada luminosa alegra el corazón, una buena noticia reanima el vigor” (Cf. Pr 15, 30), al mencionar: “Sí éste que, si no viniera de Dios, no podría hacer nada”, es importante tener bien claro que: “Si alguno cumple la voluntad de Dios, a ése le escucha” (Cf. Jn 9, 31; y Jn 5, 14).

Nuevamente el Evangelio de San Juan, muestra al ciego curado, como un símbolo de Bautismo, considerando la analogía con el nuevo nacimiento por el agua y el Espíritu, mencionados en los capítulos 3, y el 9 completo (Cf. Jn 3, 1-21 y Jn 9, 1-41).

6. Jesús, el Hijo del hombre, y el ciego curado que le responde: “Creo Señor” (Jn 9, 35-38).

Jesús sale al encuentro del hombre que curo e ilumino, y que habían echado fuera los presuntuosos fariseos; y, le pregunta: ¿Tú crees en el Hijo del hombre?, y al final del diálogo, le dice: “Creo Señor” y se postro ante Él. La aceptación del hombre curado a Jesús, es aceptar el misterio sobrenatural de Jesús, y reconocer que Dios le ha hablado a través de Jesús, ha experimentado su presencia, y ante esta situación, llega a la cumbre de la iluminación espiritual de adoración como indica la Sagrada Escritura sólo a Dios puede adorarse (Cf. Del AT: Rt 2, 10; 1 Sm 20, 41; a luz del NT: Jn 4, 20-24; Jn 12, 20).

7. Jesús vino al mundo a un juicio, y la ceguera espiritual de los fariseos (Jn 9, 39-41).

Éstos últimos versículos revelan el significado profundo del signo: “Los que no ven”, los que se reconocen ciegos, así mismos, son los humildes y sencillos de corazón, como el ciego curado e iluminado por Jesús; en tanto, los presuntuosos fariseos llenos de egoísmo y vanidad, se sienten que ellos son ““los que ven”, son los que creen ver y se bastan a sí mismos. (Cf. Mt 10-20).

El ciego de nacimiento, transitó paulatinamente, de su ceguera física a la luz resplandeciente de la fe; y los enemigos de Jesús, creyendo ver, se han hundido en una ceguera espiritual perversa y tenebrosa, pues Jesús declara abiertamente, que los fariseos, al no aceptar “no saber”, quedaron cegados (Cf Mt 13, 13), y, en consecuencia, están completamente enfermos de ceguera espiritual y son culpables de fundamentarse en su orgullo, en su ciencia, en lugar de abrirse a la iluminación de Jesús. Mientras sigan así, su pecado permanece”, hasta que no se arrepientan, se conviertan, y crean en el Evangelio.

Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha descubierto motivos bautismales, en la curación del ciego. El sacramento ha sido llamado “iluminación”. Jesús, Luz del mundo, es figura del bautismo, nacimiento a una vida nueva y tránsito de la ceguera espiritual del pecado a la luz de la fe. Habiendo recibido en el Bautismo al Verbo, "la luz verdadera que ilumina a todo hombre" (Jn 1, 9), el bautizado, "tras haber sido iluminado" (Hb 10, 32), se convierte en "hijo de la luz" (1 Ts 5, 5), y en "luz" él mismo (Ef 5, 8). Un ciego con fe, que sueña con volver a ver, por milagro de Dios, nos debe recordar el libro completo del Profeta Daniel (Cf. Dn 1 al 14), sus sueños y la revelación del Mysterion.

Parte tres. Los 7 Mensajes del Evangelio según san Juan Capítulo 9 (Jn 9, 1-41).

1. Jesús es el Enviado de Dios, en donde el ciego se limpia para poder ver.

2. Jesús es el Verbo Encarnado, que trabajo en sábado dando luz y vida.
 
3. Jesús es el hijo del hombre, a quien el ex ciego curado le respondió: Sí Creo.

4. Jesús es la Luz del Mundo, que ilumina a toda la humanidad.

5. Jesús vino a sanar y no a juzgar como los presuntuosos e hipócritas fariseos.

6. Jesús es Cristo, el Mesías, el Ungido, porque Él cumple la misión divina.

7. Jesús vino a un juicio al mundo, para que los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos.

Continuemos en oración para que termine la pandemia
No se olvide de rezar por el Papa Francisco y el Papa Emérito Benedicto XVI.
Feliz Camino Cuaresmal hacia la Pascua de Resurrección 2020.
Laudetur Iesus Christus
Alabado sea Jesucristo

Paz y Bien
ARCD
2020/04/01

Bibliografía

1. Antiguo Testamento

Génesis: Gn 2; Gn 3, 16-19

Éxodo: Ex 3, 14; Ex 9, 1-12; Ex 15,26; Ex 20, 4; Ex 34, 7;

Números: Nm 14, 18

Libro de Josué: Jos 7, 9.

Rut: Rt 2,10.

Segundo Libro de Reyes: 2 Re 20, 1-11. 

Salmos: Sal 6; Sal 32,5; Sal 38,5; Sal 39, 9.12; Sal 107,20.

Proverbios: Pr 15, 29; Pr 15, 30.

Isaías: Is 1, 15; Is 6- 8-10; Is 35, 1-10; Is 38, 1-7; Is 33,24; Is 42, 5-9. 16-21; Is 53,11.

Jeremías: Jr 13, 16s; Jr 31, 29-30; Jr 51, 56.

Ezequiel: Ez 18.

Daniel: Dn 1 al 14. (Libro completo).

Primer Libro de Samuel: 1 Sm 20, 41.

2. Nuevo Testamento

Evangelio según san Mateo: Mt 2, 23; Mt 4, 24; Mt 8, 16-17; Mt 10-20; Mt 12, 5; Mt 13, 13; Mt 13, 10-16; Mt 16, 13-20; Mt, 20, 29-34 

Evangelio según san Marcos: Mc 1, 21; Mc 1, 25 s; Mc 2, 17; Mc 2, 5-12; Mc 2, 27; Mc 2, 28; Mc 8, 1-10;

Evangelio según san Lucas: Lc 7, 16; Lc 13, 16; 

Evangelio según san Juan: Jn 1, 9; Jn 1, 1-14; Jn 3, 1-21; Jn 4, 20-24; Jn 4, 34; Jn 5, 44; Jn 7, 23; Jn 8, 12; Jn 9, 5; Jn 9, 1-41, Jn 9, 1-7, Jn 9, 3; Jn 9, 4-5; Jn 9, 6-7; Jn 9, 8-12, Jn 9, 13-17, Jn 9, 16; Jn 9, 18; Jn 9, 22; Jn 9, 18-23, Jn 9, 24-34, Jn 9, 35-38, Jn 9, 39-41; Jn 12, 20; Jn 12, 39-40; Jn 16, 1-4; Jn 19, 38-39. 

Segunda carta a los Corintios: 2 Co 4, 7; 2 Co 5, 1.

Carta a los Efesios: Ef 5, 8

Carta a los Colosenses: Col 3, 3

1ª Carta a los Tesalonicenses: 1 Ts 5, 1-10; 1 Ts 5, 5

Carta a los Hebreos: Hb 10, 32

3. Catecismo de la Iglesia Católica: Se consultaron todos los numerales de Bautismo, Cristo, Enfermedad, Luz, Mesías, y otros temas. 

4. Biblias, libros, diccionario, vocabulario consultados: Jerusalén Los Setenta, La Vulgata y en las traducciones modernas. Biblia Hebrea, Latinoamericana, Peregrino, Pueblo de Dios, Biblia Temática. Diccionario de la Biblia de H. Haag/A. van den Born/S. de Ausejo; Vocabulario de Teología Bíblica de X. Léon-Dufour; Jesús de Nasaret de Joseph Ratzinger, Benedicto XVI; Cruzando el Umbral de la Esperanza de Juan Pablo II; Evangelii Gaudium del Papa Francisco.   

5. Algunas páginas consultadas en Tópicos Culturales, para leer y quedarse en casa en el tiempo de pandemia por el coronavirus:

Papa Francisco: Oración del Ángelus en el Cuarto Domingo de Cuaresma 2020. Ciclo A.

Día de la Anunciación del Señor: El Papa Francisco en Oración y rezo con los cristianos de todo el mundo para suplicar a Dios terminar la pandemia del coronavirus COVID-19 y con este tiempo de prueba (25/Marzo/2020)

Papa Francisco: Misa en Santa Marta, Homilía completa, y Bendición "Urbi et Orbi", ante crisis sanitaria por la pandemia (27/Marzo/2020)

Cuatro Pilares del Evangelio para la Paz: Verdad, Justicia, Caridad, y Libertad.
Cultura para la Vida en Paz (25/Agosto/2014)

Jesús de Nazaret dijo: ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! (04/Agosto/2014)

La Bendición del Señor es Recordada el Primer Día del Año (22/Diciembre/2012)

Bendición del Profeta Daniel, sus sueños y la revelación del Mysterion (28/Noviembre/2012)

San Marcos 8, 1-10 y el Cayado de San Pedro (11/Febrero/2012)

Jesucristo contra la hipocresía (07/Febrero/2012)

Poner la Confianza en Dios, Buscando la Paz (21/Enero/2012)

La Bendición del Señor a través de Moisés para los Israelitas (05/Enero/2012)

Cristo y las Preocupaciones (06/Septiembre/2008)

Oración a María, Reina de los Apóstoles (26/Junio/2008)

Benedicto XVI a los jóvenes en familia: el egoísmo es enemigo de la verdadera alegría

La Clave Religiosa del Libro de Ruth (24/Mayo/2008)

¿Por qué te amo? y tu ¿Por qué me amas? PENSAMIENTO POÉTICO (24/Mayo/2008)

¿Y qué significa Ruth y quien era ella? (23/Mayo/2008)

La Clave Social del Libro de Rut (23/Mayo/2008)

Libro de Rut en la Biblia Latinoamericana (23/Mayo/2008)

¿Dónde se encuentra el Libro de Rut? (17/Mayo/2008)

La Clave Histórica del Libro de Rut (15/Mayo/2008)

Resumen Aclaratorio de los Escritos Joánicos (02/Junio/2008)

Las Encíclicas del Papa Juan Pablo II (03/Noviembre/2007)
http://topicosculturales.blogspot.com/2007/11/las-encclicas-del-papa-juan-pablo-ii.html