En el Día de los
Fieles Difuntos recordamos que Jesús de Nazaret dijo que Él es el Camino la
Verdad y la Vida (Jn 14, 1-6) y que Él es la Resurrección (Jn 11, 25)
Por
Angel R. Cepeda Dovala
Jesús dijo: “Yo soy el Camino,
y la Verdad, y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.” Evangelio según san Juan (Cf. Jn
14, 6)
En el
Día de los Fieles Difuntos, debemos dar Gracias a Dios por la Vida, la Sabiduría
y su Amor Misericordioso y Bondadoso, también dar la gracias a todos nuestros
familiares finados, a nuestros padres, papá y mamá, abuelitos y abuelitas
paternos y maternos, a nuestros hermanas, hermanos finados y amistades bienhechoras
y bienhechores que pasaron a mejor vida, por habernos amado, cuidado, educado y
nos enseñaron a trabajar honradamente haciendo oración y hacer el bien siempre.
Gracias por sus obras espirituales y materiales realizadas en el globo terráqueo.
Por
ello, en este Día de los Fieles Difuntos se debe recordar y tener siempre
presente el Evangelio según san Juan que en aquel tiempo Jesús dijo a sus
discípulos: “Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en
mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría
dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os
llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo
voy, ya sabéis el camino.” Tomás le dice: “Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo
podemos saber el camino?” Jesús le responde: “Yo soy el Camino, y la Verdad, y
la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.” (Cf. Jn 14, 1-6).
Que
descansen en Paz los Fieles Difuntos y que brille en ellos la luz perpetua de
nuestro Dios Uno y Trino, de nuestro Señor Jesucristo, y de nuestra santísima
Sagrada Familia: el Niño Jesús, su santísima madre de Dios y madre nuestra y de
su santísimo esposo San José.