San Juan Pablo
II y el Primer Libro de Medicina del Continente Americano: El Códice de Don Martín de la Cruz
Por
Angel R. Cepeda Dovala
Introducción
En
el año de 1990 el entonces Papa Juan Pablo II, de feliz memoria para México y para
todos los buenos americanos del Continente Americano, en su segunda visita
Papal a México, trajo consigo un regalo maravilloso, muy especial para el
Pueblo Mexicano, es una obra fundamental, pues se trata, ni más ni menos, del Primer
Tratado de Medicina de México para el Mundo, el denominado: Códice de Don
Martin de la Cruz, sabio, profesor y médico Mexica, Azteca, quien nació en
Xochimilco, desde luego Don Martin, como buen Nahua, fue conocedor de su Lengua
Materna Náhuatl, y muy posiblemente de otras lenguas autóctonas de México, y
extranjeras, como la lengua española, pero su libro lo escribió con una gran
delicadeza y talento extraordinario en Latín: "Libellus de medicinalibus
Indorum herbis", en el año 1552 d. C. (Siglo XVI).
Don Martín de la
Cruz y Fr. Bernardino de Sahagún (OFM).
Don Martín de la Cruz, fue un distinguido y excelente Médico Mexica, hecho en la práctica
y en la experiencia de la vida, misma que da la sabiduría humana, la cual procede
de Dios (Sabiduría Divina), Don Martín, conocedor de sus raíces religiosas y
culturales, pero también fue católico, y quizás viendo la experiencia de Jesús de
Nazaret, el Verbo Encarnado, quien curaba y obraba milagros, el también,
guardando la respetuosa comparación, fue encargado del cuidado de los niños
internos, atendía a los enfermos y con
sus recetas a base de plantas medicinales, en el Colegio de Santa Cruz de Santiago
Tlatelolco, donde fue discípulo de Fray Bernandino de Sahagún (OFM). Dicho
Colegio, cabe destacar, fue la primera institución de educación superior en
México para América en las ciencias y en las artes que inició en el año 1533 d.
C.
Traducción del
Códice De la Cruz al Castellano por Don Juan Badiano (1484-1560).
El
Códice de Martín de la Cruz: "Libellus de medicinalibus Indorum
herbis", fue traducido al castellano, “Tratado de Plantas Medicinales para
los Indios” por otro sabio medico Azteca, también originario de Xochimilco y discípulo
de Fray Bernandino de Sahagún (OFM), su nombre: Don Juan Badiano (1484-1560), por ello, se le
conoce como el Códice De la Cruz-Badiano, Códice Badiano, o en Latín Codex Badianus,
y como el Códice estuvo un tiempo en España con el Cardenal Francesco Barberini
(1597-1679), por lo que también se le denominó con el nombre de Código de
Barbieri, el cual envió a la Ciudad del Vaticano, a la Biblioteca Apostólica
Vaticana (BAV) en el año 1902. Es importante subrayar, que el Autor principal
del Códice fue Don Martin de la Cruz, aunque se les conozca con otros nombres,
no se quita tampoco, las aportaciones o cuidados del documento de otras
personas o instituciones.
De la Biblioteca
Apostólica Vaticana (BAV) a la Biblioteca del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH), Ciudad de México
El
Códice De la Cruz-Badiano, que se encontraba en la Biblioteca Apostólica
Vaticana, lo trajo el Papa Juan Pablo II,
cuidadosamente por ser un Tesoro Cultural de la Humanidad, y otorgó el extraordinario
regalo al país que le dio origen hace 438 años, casi medio siglo después, llegó
a México, es una restitución valiosísima y forma parte muy importante del
Patrimonio Nacional para la Humanidad, para la Cultura de la Historia
Científica de la Medicina, tradicional y moderna, alópata y homeópata, para la Botánica,
Herbolaria, y para las boticas y la industria farmacéutica, para la Agricultura
y otros campos del saber. Dicho regalo fue recibido en aquel entonces, por las
Autoridades Gubernamentales, las cuales la enviaron el manuscrito a la
Biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la
Ciudad de México, para su custodia y difusión.
Contenido del
Códice De la Cruz-Badiano
El
Códice consta de 13 capítulos, contiene: recetas de las principales enfermedades que
aquejaban a los mexicanos en la primera mitad e inicios de la segunda mitad el
siglo XVI, se enlistan los padecimientos, entre ellos: los males de cabeza, y
del cuerpo, las lesiones de los pies, la fatiga, el cansancio, dolor de pecho,
orina blanca, y enfermedades relacionadas con el parto de las mujeres y enfermedades
de los niños; el Códice también contiene además de datos clínicos, las recetas
de la forma en que se preparaban y se daba una correcta administración de los
remedios, y la composición de los medicamentos, se alusión los usos de unas 227 plantas
medicinales, 185 de las cuales están representadas en los dibujos y otras 64
solamente son mencionadas por nombre. Por ejemplo de la Familia de las Cactaceae, se
encuentra una ilustración de una planta de Nopal, que en el Códice se llama Tlatocnochtli, y
el actual nombre científico es de Opuntia sp., la nobleza de esta planta
es de uso múltiple, para la alimentación humana, animal, para contrarrestar
enfermedades, para recuperar suelos en las regiones de zonas áridas y semiáridas
del mundo, además de ser originaria de México, nos recuerda fue el lugar donde se paró el Águila Real para
devorar la serpiente, símbolos de la fundación de México Tenochitlan y de los símbolos
patrios de nuestra Bandera de México.
Gratitud, Caridad,
Sabiduría y Humildad de San Juan Pablo II con México
Podría
interpretarse, este obsequio de restitución a su país de origen del Códice De
la Cruz, de Juan Pablo II a México, como una muestra de gratitud y caridad a un
país que siempre amo, el regalo representa un tesoro cultural invaluable, de
valor incalculable, desde el punto de vista científico, histórico, medico, filosófico,
religioso y antropológico y en otras esferas del saber (Sabiduría) y del
conocer (Ciencia); que él durante su
primer visita en 1979, al bajar del avión, beso el suelo mexicano, y también
tuvo el gran Valor de la Sabiduría y la Humildad de pedir perdón por los
excesos cometidos duran la época de la conquista, conquisto los corazones de
todos los mexicanos, de aquel que en alguna ocasión portó dignamente el Cayado
de San Pedro, tal como sus predecesores el Papa Emérito Benedicto XVI y el Papa
Francisco quienes en más de alguna ocasión han pedido disculpas o perdón por
errores, que ninguno de ellos cometieron en distintos momentos de su vida, o en
la Historia de la Evangelización, ello nos habla de la Solidaridad, de la Humildad
y otros valores ético-morales de la auténtica religiosidad católica.
Breves aspectos cronológicos
interesantes del Códice de Don Martín de la Cruz
1552 Se publicó el
Códice en Latín, con el título "Libellus
de medicinalibus Indorum herbis", y fue traducido al castellano por Don
Juan Badiano (1484-1560). Considerando también la traducción del náhuatl al
latín del Herbario Indígena (Amatoce huaxihuipactli) obra de Don Martín de la
Cruz.
1552 En el siglo XVI, el
Códice permaneció en México, luego estuvo en España probablemente durante todo
el siglo XVII, y quizás hasta finales del siglo XIX e inicios del XX.
1902 En España, el
Cardenal Italiano Cardenal Francesco Barberini (1597-1679), envió a la Biblioteca
Apostólica Vaticana, de la Ciudad del Vaticano, el Tesoro Universal, Códice que
los españoles nunca regresaron a México.
1939 En Baltimore,
USA, William Gates traduce al inglés el Códice de Don Martín de la Cruz, y lo publicó
en el libro denominado: “An Aztec Herbal. The Clasic Codex of 1552” el cual se
encuentra en la Biblioteca del Congreso de EUA (Library of Congress, USA), su
cita bibliográfica es: William, Gates. 1939.
The
De la Cruz-Badiano aztec herbal 1552. Baltimore, The Maya Society. USA.
1964 En México
aparece la publicación del Códice en el libro con su autor verdadero, Don Martín, dando crédito a Don Juan B., en la traducción latina, a continuación la
referencia:
De la Cruz, Martín. 1964. Libellus
de medicinalibus indorum herbis. Manuscrito azteca de 1552. Según traducción
latina de Juan Badiano. México: Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El
libro sobre herbolaria medicinal mexicana de Don Martín de la Cruz es un
importante legado para botánica y la medicina tradicional. Todavía en años
recientes, su estudio permitió al grupo del doctor José Luis Mateos, en el
Instituto Mexicano del Seguro Social, encontrar el principio activo del
cihuapahtli o zoapatle (Montanoa tomentosa).
De
la Cruz (1552) mencionó que esta planta se empleaba para facilitar el parto.
Las investigaciones científicas confirmaron que el zoapatle, cuyo nombre
científico actual es Montanoa tomentosa, contiene un vigoroso oxitócico,
responsable de la contracción del útero, por lo que se demuestra también que la
sabiduría autóctona es un importante legado en la ciencia para resolver
problemas muy concretos, como el antes mencionado. Cf. José Luis Mateos Journal
of the American Chemical Society; y la Patente US3996132 A “Purification of
utero-evacuant extracts from plant substances”.
(Cf. https://www.google.com/patents/US3996132).
(Cf. https://www.google.com/patents/US3996132).
1990 San Juan Pablo
II rescata una Joya y Tesoro de la Cultura Universal para la Medicina y la
Ciencia, al obsequiar y restituir a nuestro pueblo de México como una muestra perenne de Amistad, el Códice de Don Martín de la Cruz, para el bien de la
Persona Humana y el Bien Común.
2009 El Instituto
Nacional de Antropología e Historia (INAH) digitalizó el Códice dela
Cruz-Badiano, y otros Códices para divulgar su conocimiento; y la presentación
de la versión electrónica, fue presentada durante el mes de junio en el Museo
Nacional de Antropología, donde participó Miguel León Portilla, quien consideró
en aquel momento al manuscrito: como una de las cinco fuentes históricas para
comprender los usos y las costumbres de los antiguos pueblos indígenas en lo
que a medicina y tratamiento se refiere.
Como
puede Usted observar y reflexionar estimado Lector de Tópicos Culturales, el
por qué, algunos de los vecinos del Norte de México, EUA, estaban muy
entusiasmados en conocer y publicar el Códice de Don Martín de la Cruz, pues
les sería muy útil para obtener sustanciosas ganancias en la industria
farmacéutica, mediante el conocimiento legado por nuestra gran Cultura
Mexicana.
Cabe
meditar ¿El Conocimiento (Ciencia) es una mercancía?, o debe compartirse
fomentando el Valor de la Gratuidad y Solidaridad, como se publica el “Codex
Alimentarius” o lo indica los Principios de Bioética de la UNESCO. (Bioética = Vida + Ethos).
San
Juan Pablo II cumplió con Responsabilidad, en donde la Biblioteca Apostólica
Vaticana, cuidó, preservó, compartió, y restituyo a su lugar de origen un
documento desde 1902 a 1990, guardando con esmero un Tesoro para la Salud, que
esperamos se refleje con Responsabilidad y Gratuidad en beneficio de la Persona
Humana y el Bien Común, en donde las autoridades competentes deben evitar, su
posible desaparición ¿Cómo?, digitalizando y compartiéndolo con todas las
Bibliotecas Virtuales del Mundo. Quizás algunos documentos, es mejor que estén resguardos
en otros países del mundo y así evitar que formen parte de bibliotecas
particulares de gentes sin escrúpulos, con el único afán de la Vanidad, dice en
este sentido el Eclesiastés en relación a las palabras de Qohélet, hijo de
David, rey en Jerusalén:
“¡Vanidad,
pura vanidad!, dice Qohélet ¡Vanidad, pura vanidad! ¡Nada más que
vanidad! ¿Qué provecho saca el hombre de todo el esfuerzo que realiza bajo el
sol? Una generación se va y la otra viene, y la tierra siempre permanece.” (Cf.
Ec 1, 1-4).
Paz y Bien
ARCD