miércoles, 10 de diciembre de 2014

Nuestra Santísima Virgen María en el Arte y la Oración: La Inmaculada Concepción obra de Tiepolo, y la Oración Memorare de San Bernardo

Nuestra Santísima Virgen María en el Arte y la Oración: La Inmaculada Concepción obra de Tiepolo, y la Oración Memorare de San Bernardo 

Por 

Angel R. Cepeda Dovala

Arte. La Inmaculada Concepción obra de Giovanni Battista Tiepolo (1696-1770)

Giovanni Battista Tiepolo o Giambattista Tiepolo. Nació en Venecia, Italia, el 5 de marzo de 1696, y muere a la edad de 74 años en Madrid, España, el 27 de marzo de 1770. Fue un sorprendente pintor de la era del Barroco, considerado un personaje muy significativo del Arte Rococó italiano por su gran genio escénico. La obra al óleo de la Inmaculada Concepción del pintor G. B. Tiepolo fue realizada entre los años 1767-1769, y se encuentra en el Museo Nacional del Prado, Madrid, España, con el siguiente comentario: “La Virgen María aparece sobre la bola del Mundo y la media luna, pisando la serpiente del Pecado Original, coronada por la paloma del Espíritu Santo y rodeada por ángeles y por algunos de los símbolos marianos. Éstos son la vara de azucenas, la palmera, la fuente y el espejo. Esta escena muestra la manera tradicional de representar la Inmaculada Concepción de la Virgen, que fue concebida sin pecado original. La obra fue un encargo Real para la Iglesia de San Pascual de Aranjuez. El boceto para este lienzo se conserva en las Courtauld Institute Galleries de Londres.” [1].

Hermenéutica (Interpretación) y Exégesis (Explicación) de la obra de Tiepolo

En la pintura de la Inmaculada Concepción, Tiepolo refleja su admirable talento al plasmar sus pinceladas con animada trasparencia, en donde ejecuta con idoneidad, la amplitud del claroscuro, apreciándose en la pureza de la Virgen María. Posiblemente, su interpretación y representación artística, por los símbolos colocados en el lienzo de 281 cm x 155 cm, puede relacionarse y acercarse al contenido de la narración del Libro del Apocalipsis de Juan, que dice: “Y apareció en el cielo un gran signo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza.” (Cf. Ap 12, 1), pero desde luego, existen semejanzas, pero también diferencias, y lo podemos constatar desde el punto de vista simbólico y metafórico, si consideramos el capítulo 12 en su conjunto, en la Visión de la Mujer y el Dragón. (Cf. Ap 12, 1-17). [2].

Se aprecian colores muy suaves que iluminan la escena nítidamente, la intensa luz dorada, da la sensación de una sabia tranquilidad, en donde el color dorado, con sus distintos matices, es símbolo de la verdad revelada, el esplendor, la santidad y la Gloria de Dios, que puede ser observada en la pañoleta que cubre la cabeza de la Virgen, y cerca de su pie izquierdo, uno de los 13 Ángeles que la rodean en distintas posiciones, lleva un manto dorado el cual es sostenido por el Ángel con el brazo derecho que cubre y protege su vientre, en tanto que su brazo izquierdo sostiene una vara de azucena con flores blancas, atributo relacionado con San Miguel Arcángel, paladín de  Dios, y sus ángeles que combatieron contra el Dragón. (Cf. Ap 12, 7-12).

También el color blanco de la paloma, el vestido de la Virgen, es similar a las flores de azucena,  representa la pureza divina, que contrastan con su cara, sus manos, sus pies, en donde la paloma blanca que desciende del cielo dirigiendo su mirada hacia abajo y su derecha, al igual que la virgen, la paloma simboliza al Espíritu Santo. Alegóricamente, las 12 estrellas de la corona, se pueden percibir 9 de ellas, pero si consideramos la simetría que emplea el excelente pintor Tiepolo, las otras 3 estrellas están ocultas atrás de su cabeza, son un símbolo oculto en su obra, pero las 3 estrellas representan la Santísima Trinidad, pues Dios es Uno y Trino: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, en donde el Hijo, está en el Vientre de su Madre, y está representado por el cordel de tela blanco que ciñe su cintura, muestra de su Inmaculada Concepción.

El color azul del manto de la Virgen se asocia con el cielo, la verdad, la vida mística, y el misterio, y forma parte de la tradicional vestimenta de la Virgen María, y también en ocasiones, de Jesús quien es representado con su Manto Sagrado del mismo color; la posición erguida de la Dulce Virgen María, que luce su vestido blanco, símbolo de la pureza divina, contrastan con su cara irradia seguridad, tranquilidad, y con serenidad observa y vigila el mundo y al Dragón, con sus manos juntas  indican una posición de oración, elevando su plegaria al cielo, y sus pies con sus sandalias, muestra el triunfo del bien sobre el mal, pues con su pie derecho destruye al mal de Satán representado por la serpiente-dragón que lleva en la boca el fruto prohibido de la maldad, pero el Dragón (Satanás) que pinto Tiepolo, mientras se apoya con el pie izquierdo en el mundo. En el Apocalipsis de Juan, el Dragón era de color rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas tenía siete diademas (Cf. Ap 12, 3). También existen en la obra otros símbolos, el espejo, la fuente, la palma, y un rosa emblema de la alegría, y recordando que ya está cerca el Domingo III del Tiempo de Adviento, y se encenderá la tercera Vela de Adviento que es de color rosa.


Oración. Memorare de San Bernardo de Clarabal

Memorare

"Acordaos, oh, piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección implorando tu auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente.

Amén."

La Oración Memorare, es una oración de intercesión a la Santísima Virgen, atribuida a San Bernardo de Clarabal, en francés  Bernard de Clairvaux (1090-1153), quien nació en el castillo de Fontaine-lès-Dijon, Borgoña, Francia. Fue un místico Monje de la Orden de Cister, construyo 68 monasterios en Europa, inspiro y organizó  órdenes militares, como la Orden del Temple y fue Predicador de la Segunda Cruzada, para defender a los peregrinos que se dirigían a Tierra Santa y combatir el Islam. Dejó su legado literario: alrededor de 500 cartas, y unos 350 sermones, además de varios tratados doctrinales, y es el autor de las últimas palabras bellísimas de la Oración Salve: “Oh clemente, oh piadosa, oh dulce virgen María”. La Iglesia Católica canonizó a san Bernardo el año 1174, y lo declaró en 1830 Doctor de la Iglesia.

En la Audiencia General del miércoles 21 de octubre de 2009, el Papa Benedicto XVI menciono: Sólo Jesús —insiste san Bernardo ante los complejos razonamientos dialécticos de su tiempo—, sólo Jesús es "miel en la boca, cántico en el oído, júbilo en el corazón" (mel in ore, in aure melos, in corde iubilum)". Precisamente de aquí proviene el título, que le atribuye la tradición, de Doctor mellifluus: de hecho, su alabanza de Jesucristo "fluye como la miel". [3].

Paz y Bien

ARCD 

Notas

[1] Cf. La obra la Inmaculada Concepción de Giovanni Battista Tiepolo, en:

[2] Cf. Biblia Jerusalén, en lo referente al Libro del Apocalipsis de Juan (Ap 12, 1-17) pp 1832-1833.

[3] Cf. Benedicto XVI. Audiencia General. Miércoles 21 de octubre de 2009