Cultura para
la Vida en Paz
Cuatro Pilares
del Evangelio para la Paz: Verdad, Justicia, Caridad, y Libertad
Por
Angel R.
Cepeda Dovala
En
la época del Papa Juan XXIII (1958-1963), ahora San Juan XXIII, escribió una
Encíclica muy importante, que es necesario releer y meditar, dado el contexto
actual de un mundo que desea y anhela la Paz, pero existen guerras en distintas
regiones del globo terráqueo. Dicho documento Pontificio se denomina “Pacem in terris”, y su traducción del
latín al español significa “Paz en la
Tierra”.
¿Cómo se
obtiene la Paz para que reine en la tierra?
Acorde
con la Encíclica Paz en la Tierra (Pacem
in terris), es posible la Paz considerando el siguiente pensamiento: “profunda
aspiración de los hombres de todos los tiempos, no se puede establecer ni
asegurar sino se guarda íntegramente el orden establecido por Dios. La Paz ha de estar fundada sobre la Verdad, construida con las normas de la
Justicia, vivificada e integrada por
la Caridad y realizada, en fin, con
la Libertad” San Juan XXIII.
El
pensamiento anterior, contiene 4 Pilares del Evangelio: Verdad, Justicia,
Caridad (Amor), y Libertad, posteriormente el Papa Juan Pablo II, ahora San
Juan Pablo II, menciono el 1° de Enero, 2004, que es necesario Educar en la Paz
y menciono: "Ante las situaciones de injusticia y de violencia que oprimen
a varias zonas del planeta, ante la permanencia de conflictos armados con
frecuencia olvidados por la opinión pública, se hace cada vez más necesario
construir juntos caminos para la paz; se hace por eso indispensable Educar en
la Paz".
Cuando
hay Autoridad, existe Orden, Paz y Bien, ¿Qué le pidió Salomón a Dios cuando Él
se le apareció en sueños? Salomón le pidió a Dios sabiduría e inteligencia para
discernir entre el bien y el mal para dirigir a su pueblo, para el incrédulo,
textualmente en la Biblia Jerusalén dice:
En
Gabaón Yahveh se apareció a Salomón en sueños por la noche. Dijo Dios: «Pídeme
lo que quieras que te dé.» Salomón dijo: «Tú has tenido gran amor a tu siervo
David mi padre, porque él ha caminado en tu presencia con fidelidad, con
justicia y rectitud de corazón contigo. Tú le has conservado este gran amor y le
has concedido que hoy se siente en su trono un hijo suyo. Ahora Yahveh mi Dios,
tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero yo soy un niño pequeño
que no sabe salir ni entrar. Tu siervo está en medio del pueblo que has
elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre. Concede,
pues, a tu siervo, un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo, para
discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién será capaz de juzgar a este
pueblo tuyo tan grande?» (Cf. 1 Reyes 3, 5, 9).
Jesús
de Nazaret además de ser el Rey del Universo es el Rey de la Paz.
PAZ Y BIEN
ARCD