San Policarpo de Esmirna
Por
Angel R. Cepeda Dovala
San Policarpo hizo honor a su nombre, pues dio muchos frutos ejemplares de buenas obras, el nombre Policarpo significa (Poli = Muchos; Carpo = Frutos), fue discípulo de San Juan; y demostró su Lealtad a Jesucristo hasta su muerte, y nos hace recordar al Evangelio de San Mateo que dice: “Por sus frutos los conoceréis” y "todo árbol bueno produce frutos buenos" (Cf Mt 7, 16 y 17).
Acorde con el Martirologio Romano, en Febrero 23, se celebra a San Policarpo [1], obispo y mártir, discípulo de San Juan y el último de los testigos de los tiempos apostólicos, que en tiempo de los emperadores Marco Antonino y Lucio Aurelio Cómodo, cuando contaba ya casi noventa años, fue quemado vivo en el anfiteatro de Esmirna, en Asia, en presencia del procónsul y del pueblo, mientras daba gracias a Dios Padre por haberle contado entre los mártires y dejado participar del cáliz de Cristo (c. 155).
Conocemos la conmovedora conclusión de su vida gracias a un documento fechado un año después del martirio de San Policarpo, que tuvo lugar el 23 de febrero del año 155. Es una carta de la “Iglesia de Dios peregrinante en Esmirna, a la Iglesia de Dios peregrinante en Filomelio y también a todas las parroquias de cualquier lugar de la Iglesia santa y católica”. Es una narración muy importante bajo el aspecto histórico, hagiográfico y litúrgico.
Al procónsul Stazio Quadrato, que lo exhorta a renegar de Jesús, contesta moviendo la cabeza: “Desde hace 86 años lo sirvo y nunca me ha hecho ningún mal: ¿cómo podría blasfemar de mi Rey que me ha redimido?”. “Te puedo hacer quemar vivo”, insiste el procónsul. Y Policarpo: “EL fuego con que me amenazas quema por un momento, después pasa; yo en cambio temo el fuego eterno de la condenación”.
Cuenta la historia que San Policarpo: “como la vela de un navío henchida por el viento, hizo un muro alrededor del cuerpo” del mártir, dejándolo ileso. Se ordenó al verdugo que lo apuñalara, y acto seguido, “salió tal cantidad de sangre que apagó el fuego”, y que olía a incienso y al morir de su cuerpo broto una paloma.
Policarpo hizo la siguiente oración antes de morir: "¡Señor Dios Todopoderoso, Padre de tu amado y bienaventurado Hijo, Jesucristo, por quien hemos venido en conocimiento de Ti, Dios de los ángeles, de todas las fuerzas de la creación y de toda la familia de los justos que viven en tu presencia! ¡Yo te bendigo porque te has complacido en hacerme vivir estos momentos en que voy a ocupar un sitio entre tus mártires y a participar del cáliz de tu Cristo, antes de resucitar en alma y cuerpo para siempre en la inmortalidad del Espíritu Santo! ¡Concédeme que sea yo recibido hoy entre tus mártires, y que el sacrificio que me has preparado Tú, Dios fiel y verdadero, te sea laudable! ¡Yo te alabo y te bendigo y te glorifico por todo ello, por medio del Sacerdote Eterno, Jesucristo, tu amado Hijo, con quien a Ti y al Espíritu sea dada toda gloria ahora y siempre! ¡Amén!"
No bien había acabado de decir la última palabra, cuando la hoguera fue encendida. "Pero he aquí que entonces aconteció un milagro ante nosotros, que fuimos preservados para dar testimonio de ello -escriben los autores de esta carta-: las llamas, encorvándose como las velas de un navío empujadas por el viento, rodearon suavemente el cuerpo del mártir, que entre ellas parecía no tanto un cuerpo devorado por el fuego, cuanto un pan o un metal precioso en el horno; y un olor como de incienso perfumó el ambiente". Los verdugos, recibieron la orden de atravesar a Policarpo con una lanza; al hacerlo, brotó de su cuerpo una paloma y tal cantidad de sangre, que la hoguera se apagó.
PAZ Y BIEN
ARCD
Nota
[1] Para leer más de San Policarpo, consultar los siguientes enlaces:
http://ec.aciprensa.com/wiki/San_Policarpo
http://es.catholic.net/santoraldehoy/
http://www.corazones.org/santos/policarpo.htm