El Misterio de la Santísima Trinidad y el Misterio de la Epifanía
Por
Angel R. Cepeda Dovala
En el presente escrito aún en Tiempo de Navidad del Ciclo B, se mencionan dos temas muy importantes para los cristianos: el Misterio de la Santísima Trinidad fuente de todos los misterios de la fe y dentro de los Misterios de la Infancia de Jesús la Epifanía que es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo.
18 Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
19 Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis
discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo,
20 y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».
Evangelio según
San Mateo (Cf. Mt 28, 18-20) [1].
Los cristianos son bautizados "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19), y no en "los nombres" de éstos, pues no hay más que un solo Dios, el Padre todopoderoso y su Hijo único y el Espíritu Santo: la Santísima Trinidad. El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. (Cf. Catecismo de la Iglesia Católica N° 232, 233, 234). [2].
La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el bautismo de Jesús en el Jordán y las bodas de Caná (cf. Solemnidad de la Epifanía del Señor, Antífona del "Magnificat" en II Vísperas, LH), la Epifanía celebra la adoración de Jesús por unos "magos" venidos de Oriente (Mt 2, 1) En estos "magos", representantes de religiones paganas de pueblos vecinos, el Evangelio ve las primicias de las naciones que acogen, por la Encarnación, la Buena Nueva de la salvación. La llegada de los magos a Jerusalén para "rendir homenaje al rey de los Judíos" (Mt 2, 2) muestra que buscan en Israel, a la luz mesiánica de la estrella de David (cf. Nm 24, 17; Ap 22, 16) al que será el rey de las naciones (cf. Nm 24, 17-19). Su venida significa que los gentiles no pueden descubrir a Jesús y adorarle como Hijo de Dios y Salvador del mundo sino volviéndose hacia los judíos (cf. Jn 4, 22) y recibiendo de ellos su promesa mesiánica tal como está contenida en el Antiguo Testamento (cf. Mt 2, 4-6). La Epifanía manifiesta que "la multitud de los gentiles entra en la familia de los patriarcas"(San León Magno, Sermones, 23: PL 54, 224B) y adquiere la israelitica dignita (la dignidad israelítica) (Vigilia pascual, Oración después de la tercera lectura: Misal Romano). (Cf. Catecismo de la Iglesia Católica N° 528). [3].
El Señor es mi Pastor Salmo 23 (22)
Laudetur Iesus Christus
Alabado sea Jesucristo
Paz
y Bien
ARCD
5 de enero de
2021
Notas
[1] Cf. Evangelio según San Mateo (Cf. Mt 28, 18-20)
http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PV2.HTM
[2] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica N° 232, 233, 234
[3] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica N° 528