Hombres Visionarios: San Francisco, Alejandro Magno, y Jesús de Nazaret
Por
Ángel R. Cepeda Dovala
San Francisco de Asís un hombre de PAZ y BIEN, en los tiempos de la Edad Media, solicitó a Dios su iluminación de corazón, aunado a las Tres Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad, y lo podemos constatar en su siguiente pensamiento:
¡Oh alto y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta” San Francisco de Asís
San Francisco de Asís en sus cuatro peticiones solicitó la Luz a su corazón, y asocia tres Valores a las Tres Virtudes Teologales: Rectitud (Fe), Certeza (Esperanza) y Perfección (Caridad) y fue además de un gran santo un hombre visionario iluminado por Dios en la Edad Media.
La Historia Antigua, está llena de leyendas, epopeyas y héroes visionarios, mencionaremos a dos en este escrito: Alejandro Magno, y Jesús de Nazaret, en relación al Valor de la Esperanza Cristiana, la cual representa un fuerza divina que como un motor espiritual impulsa a la persona humana al futuro; la Esperanza, indica que algún acontecimiento importante está por ocurrir, indica que algo significativo se está gestando, y por lo tanto ese algo es lo que hay buscar, perseguir asumiendo los riesgos responsablemente. La Ciencia Religiosa de la Escatología estudia el Valor de la Esperanza, pues esta ciencia estudia los últimos eventos del hombre: muerte, juicio, purgatorio y el cielo.
En la Sagrada Escritura se menciona a Alejandro Magno, quién tenía de consejero espiritual a un extraordinario filosofo: Aristóteles, quien no fue mencionado en la Biblia. Alejandro abandonó su país natal: Grecia, para ir a conquistar Asia. Este héroe visionario griego, cuenta la historia, que dono todo su patrimonio personal a sus amistades antes de irse a Asia, y se cuenta que uno de sus amigos llamado Perdicca le dijo: “¡Sí, la esperanza!, pero también respondió a su amigo Alejandro renunciando a todo y dijo el siguiente comentario: “A nosotros, que iremos a luchar contigo, a tu lado, déjanos compartir la esperanza”.
Pero uno de los grandes visionarios de todas las épocas y de todos los tiempos fue Jesús de Nazaret, quién amorosamente nos hace su una atenta invitación de compartir su Esperanza, quien dijo “Yo Soy la vid y ustedes los sarmientos”, “Quién cree en mi tiene vida eterna”, así uno de los signos distintivos del Ser Cristiano, es aventurarse, compartir y aliarse a la Esperanza de Cristo, y dejar de cultivar las malas hiervas de todos los antivalores propios de la cultura de la muerte, y cultivar los Valores de la Cultura de la Vida.
PAZ Y BIEN
ARCD