martes, 7 de febrero de 2012

Jesucristo contra la hipocresía

Jesucristo contra la hipocresía

Por

Angel R. Cepeda Dovala



Desde la Cultura de Jesucristo, el antivalor de la hipocresía tenía cierta dedicatoria para ciertas serpientes raza de víboras: los escribas y fariseos (Cf. Mt 23, 33), ¿Por qué? Porque el corazón del hipócrita está muy lejos de Dios, por eso Jesús le dijo a la raza de víboras: ¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, cuando dijo: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos humanos (Cf. Mt 15, 7-9 y Mc 7, 6-8). En nuestro mundo actual ¿Quiénes son los hipócritas? Son los que engañan a la persona humana y pisotean el bien común, sin distinción de raza, partido, credo o religión, cuando se olvidan de Dios Uno y Trino.

Ya desde el Antiguo Testamento se conocía que la hipocresía estaba muy junto con la soberbia, pues este veneno hace que se aleje del temor a Dios y es cuando el corazón está lleno de falsedad, por ello el libro del Eclesiástico 1, 27-30, nos recuerda que: “Porque el temor del Señor es sabiduría e instrucción, le agradan la fidelidad y la mansedumbre. No faltes al temor del Señor, ni te acerques a él con doblez de corazón. No seas hipócrita delante de los hombres y vigila siempre tus labios. No te exalces a ti mismo, si no quieres caer y cubrirte de vergüenza, pues el Señor revelará tus secretos y te humillará en medio de la asamblea, porque no has acercado al temor del Señor, y tienes el corazón está lleno de engaño”; y el Salmo 26, 4-5 nos recuerda que no hay que reunirse con gente falsa ni entregarse a los hipócritas.

San Juan hace hincapié que las personas hipócritas ponen obstáculos a la fe, pues al referirse al dialogo de Jesucristo contra los fariseos hipócritas, les hizo la siguiente interrogante: ¿Cómo podéis creer vosotros, que aceptáis gloria uno de otros, y no buscáis la gloria que viene del único Dios? (Cf. Jn 5, 44)

Las personas no gratas a Dios, rinden culto, como se mencionó en el primer párrafo de este escrito, pero también estas personas no gratas a Dios hacen ayunos hipócritas, y por otro lado explotan y denigran a sus trabajadores, sean estas fábricas, universidades, instituciones públicas o privadas.

El Profeta Isaías nos ilustra al respecto como sigue: ¿Por qué ayunamos si no lo ves? ¿Para qué nos afligimos, si no te enteras? Mirad cuando ayunabais lo hacíais por interés, y a todos vuestros obreros explotabais. Es que ayunáis para litigio y pleito y para dar puñetazos a malvados. No ayunéis como hoy, para hacer oír en las alturas vuestra voz. ¿Así ha de ser el ayuno que yo elija? Día de humillarse el hombre, sí, ¿pero agachado como un junco la cabeza? Y el saco, y esparcir la ceniza. A eso llamáis ayuno y día grato a Yahvé? (Cf. Is 58, 3-5; y también ver Mt 15, 7-9)

Jesucristo reprende: Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás sacar la brizna de tu hermano (Cf. Mt 7, 5), y los Salmos nos previenen de los hipócritas que hablan de paz pero su maldad está en su corazón, pues, “falsedad sólo dicen, cada cual a su prójimo, labios de engaño, lenguaje de corazones dobles” (Cf Sal 12, 3), o bien, “no me arrebates a los impíos ni con los agentes del mal, que hablan de paz a su vecino, más la maldad está en su corazón” (Cf 28, 3)

Y de Tarea de meditación y reflexión, consulte en su Biblia: “Hay de Ustedes Escribas y Fariseos Hipócritas” en los evangelios de San Mateo y San Lucas (Cf. Mt 23, 13-15 y Lc 11, 44).

PAZ Y BIEN

ARCD