sábado, 10 de abril de 2010

¿Por qué no sabemos Escuchar?, Por Angel R. Cepeda Dovala

¿Por qué no sabemos Escuchar?

Por

Angel R. Cepeda Dovala

Posiblemente Ud. haya escuchado un diálogo de juventud como el siguiente: Me dijiste que eras mi amiga, ¡Y no es un reproche! ¿Eh?, pero cada vez que estoy platicando contigo no me miras a la cara, trato de decirte lo que llevo en mi corazón y en mi mente, pero me interrumpes para cambiar de tema, está bien que no debo tomarme muy en serio esa eseidad de mi mismo, sobretodo en este mes de la amistad y del amor, te decía me interrumpes y luego, luego, me dices lo que tú piensas sin haberte dicho nada aún. ¿No le ha pasado esto con sus hijos?, ¿O con sus padres?, ¿Con su pareja?, o ¿En su trabajo?

¿Por qué pasan estas situaciones?

PORQUE NO SABEMOS ESCUCHAR, y sí uno no sabe escuchar ¿Cómo queremos que nos escuchen? ENTONCES SINO SABEMOS ESCUCHAR, ES QUE NO TENEMOS, la Voluntad para desarrollar realmente las distintas capacidades valorativas del sentido común: Atención, Respeto, Paciencia, Dominio de sí mismo (Autocontrol), Concentración, Probidad con Alegría y Entusiasmo, y desde luego Tolerancia y Comprensión. [1]

Ni siquiera sabemos perdonarnos a sí mismos ¿Cómo vamos a perdonar a los demás?, ¿Perdón, estaba distraído? ¿Qué decías?, o muy sutilmente no se está atento a lo que se dice y muy despistado comenta, ¿Me puede repetir lo que dijo? y ni siquiera empleamos las tres palabras de Cortesía y que no son mágicas: ¡POR FAVOR!, y a veces ni siquiera damos las ¡GRACIAS!, gracias por tus valiosos comentarios ¿Por qué no somos agradecidos con nuestros semejantes o con Dios?

Nuevamente: ¿Qué Pasa?

Qué las personas que no saben escuchar, a veces son intemperantes, o bien son personas irritantes, que no salen de su autosuficiencia, orgullo y egoísmo, de su YO, YO; posiblemente alguien con ingenio invento un juego para niños del yoyo, pero un niño se reencuentra consigo mismo, es la mismidad, es su esencia infantil de ser el mismo, entonces los adultos por qué no escuchamos las palabras de Jesús, de ser como los niños, para tratar de agradar a Jesús y a Dios, tal como lo menciona el Evangelio de San Mateo: ”Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entrareis en el Reino de los Cielos” (Cf. Mt 18, 3), y San Pablo nos advierte, a las personas de una fe madura: “Hermanos, no seáis niños en juicio. Sed niños en malicia, pero hombres maduros en juicio” (Cf. 1 Cor 14, 20). [2]


PAZ Y BIEN

ARCD

Notas

[1] Cf. Escuchar es un Arte; en:

[2] Cf. Citas de San Mateo (Mt 18, 3) y San Pablo (1 Cor 14, 20) en la Biblia de Jerusalén y compare como se escriben estas dos citas bíblicas, en la Biblia Vulgata Latina y en la Biblia Latinoamericana, o en la Biblia que Ud., lee y medita.