Un Secreto del Rey Salomón y la Ciencia Actual
Por
Angel R. Cepeda Dovala
En lo más recóndito de la Sagrada Escritura, en el Antiguo Testamento, en los Libros del Rey Salomón: Proverbios y Qohelet, dejan huella de un gran testimonio de la sabiduría hebrea que más tarde es considerada en la literatura de la Sagrada Escritura del Nuevo Testamento.
El rey Salomón decía con entusiasmo que la sanguijuela tiene dos hijas que se llaman: ¡Dame y Dame! (Sab 30, 15), esta situación de enseñanza parece que se los dice a muchos burócratas de la ciencia e investigación, que en vez de ser funcionarios con un alto espíritu de servicio y coordinación institucional, no llenan de estar pidiendo a otros funcionarios de alto rango y responsabilidad, y como buenas hijas de la sanguijuela, se la pasan pidiendo y chantajeando a sus semejantes; cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia, dice el refrán.
Desde luego que las ciencias y la investigación científica son indispensables para la buena marcha de una sociedad, en donde la razón de ser de una institución educativa es en primer lugar la Docencia, la enseñanza, el aprendizaje basado en competencias que exige el entorno de la cultura actual, siempre y cuando sean en beneficio de la dignidad de la Persona Humana y del Bien Común, en donde la Bioética como una rama de la Ética juega un papel primordial para los educandos en cualquier Institución de Educación Superior.
La Sabiduría la da la experiencia de la vida, los conocimientos científicos se adquieren en las instituciones educativas, el caminar en la ciencia dará a larga Sabiduría, cuando realmente los intereses del Bien Común estén siempre por encima a los intereses mezquinos de las personas, que llenos de egoísmo, para tener unas migajas más en sus bolsillos, traicionan, los Principios, Criterios y Valores de la Ciencia, y se dedican a denigrar a sus compañeros de trabajo, y como buenas sanguijuelas, se olvidan de preceptos ético morales, contenidos por ejemplo en algún Código de Ética de su institución educativa, o bien se olvidan de los 10 Mandamientos de la Ley de Dios.
¿Usted qué opina?
ARCD