Reflexión Cuarta Semana del Tiempo de Adviento
Por
Angel R. Cepeda
Dovala
En el Domingo IV del Tiempo de Adviento,
encendemos nuestra cuarta vela morada de la Corona de Adviento, en donde la luz
simboliza a Cristo la Luz del Mundo que debe reinar siempre en nuestros
corazones y en nuestra mente, y que en tiempos bíblicos, fue anunciado el
nacimiento del Hijo de Dios, por el Ángel Gabriel a la Virgen María, esposa de San
José. En esta semana finaliza el Adviento para
dar inicio el Tiempo de Navidad.
El Evangelio de San Lucas, en la lectura dominical, nos relata admirablemente lo
siguiente: “En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad
de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre
perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era
María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de
gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada
y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No
temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y
le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo.
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de
Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Angel: «¿Cómo puede
ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Angel le respondió:
«El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con
su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu
parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada
estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para
Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí
lo que has dicho». Y el Angel se alejó.” (Cf. Lc 1, 26-38).
Se cumple la promesa realizada por Dios
y comunicada atreves del profeta Natán a David: “Tu casa y tu reino durarán
eternamente delante de mí, y su trono será estable para siempre” (Cf. Primera
Lectura: 2Sam 7, 1-5. 8-12. 14.16), pero también, se cumple la Buena Noticia
anunciada por San Pablo en su Carta a los Romanos proclamando a Jesucristo y “revelando
un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad” (Cf. Segunda
Lectura Rom 16, 25-27).
¡Feliz Tiempo de Adviento! ¡Feliz Tiempo de Navidad!
Paz y Bien
ARCD