domingo, 21 de diciembre de 2014

Reflexión Cuarta Semana del Tiempo de Adviento

Reflexión Cuarta Semana del Tiempo de Adviento 

Por 

Angel R. Cepeda Dovala

En el Domingo IV del Tiempo de Adviento, encendemos nuestra cuarta vela morada de la Corona de Adviento, en donde la luz simboliza a Cristo la Luz del Mundo que debe reinar siempre en nuestros corazones y en nuestra mente, y que en tiempos bíblicos, fue anunciado el nacimiento del Hijo de Dios, por el Ángel Gabriel a la Virgen María, esposa de San José. En esta semana finaliza el Adviento para dar inicio el Tiempo de Navidad.


El Evangelio de San Lucas, en la lectura dominical, nos relata admirablemente lo siguiente: “En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Angel se alejó.” (Cf. Lc 1, 26-38).

Se cumple la promesa realizada por Dios y comunicada atreves del profeta Natán a David: “Tu casa y tu reino durarán eternamente delante de mí, y su trono será estable para siempre” (Cf. Primera Lectura: 2Sam 7, 1-5. 8-12. 14.16), pero también, se cumple la Buena Noticia anunciada por San Pablo en su Carta a los Romanos proclamando a Jesucristo y “revelando un misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad” (Cf. Segunda Lectura Rom 16, 25-27).

¡Feliz Tiempo de Adviento! ¡Feliz Tiempo de Navidad!

Paz y Bien

ARCD