Escucha Israel: Amar y el Prójimo
Por
Angel R. Cepeda Dovala
“Amor a Dios y amor al prójimo se funden entre sí: en el más humilde encontramos a Jesús mismo y en Jesús encontramos a Dios.” Papa Benedicto XVI.
El objeto de la Virtud Teologal de la Caridad (Agapé), y que muy comúnmente, la mayoría de los católicos cristianos entendemos como Amor, es en esencia de unidad Trinitaria, uno solo: Dios y el prójimo, representan en Síntesis toda la Ley de Dios. [1].
En el escrito anterior [2], se abordó el punto de vista bíblico, se hicieron algunas interrogantes, en donde la última, está relacionada con la Encíclica Deus Caritas Est, del Papa Benedicto XVI. [3].
Siguiendo la tónica del escrito anterior, en este escrito se profundizará más, tomando en cuenta, la valiosa opinión de Fr. Federico Hernández Castillo (OFM) al escrito Escucha Israel, y la Conferencia impartida con Fr. Daniel Martínez Martínez (OFM) en el 2006, se consideran las siguientes dos interrogantes: 1. ¿Quién es el próximo para un judío en tiempos de Jesús?, y 2. ¿Quién es el prójimo para Jesús? [4].
Preguntas y Respuestas
1. ¿Quién es el prójimo para un judío en tiempos de Jesús?
Respuesta: Para un judío en tiempos de Jesús, el próximo, eran los mismos judíos, el prójimo eran sus compatriotas, pero no los gentiles.
2. ¿Quién es el prójimo para Jesús?
Respuesta: El prójimo para Jesús, son todos los hombres y mujeres, sin distinción de raza, credo, nacionalidad, lo que implica un Concepto de Universalidad acerca del prójimo.
¿Cómo se fundamentan las anteriores respuestas?
Explicación:
El fundamento Bíblico de los dos grandes mandamientos que en esencia es uno solo, las encontramos en el Evangelio (Cf. Mc 12, 28-31; Mt 22, 34-40; Lc 10, 25-28), y la prueba más grande de amar a Jesucristo, Él mismo se los dijo a sus Apóstoles: “Si mi amáis, observareis mis mandamientos” (Cf. Jn 14, 15), y San Juan mismo, nos dice en qué consiste amar a Dios: en guardar sus mandamientos (Cf. 1 Jn 5,3).
Profundicemos aún más, considerando la primera Encíclica del Papa Benedicto XVI, quien nos Enseña (Exégesis) e Interpreta (Hermenéutica), en relación a las dos interrogantes del presente escrito.
Jesucristo es el amor de Dios encarnado, y el Papa, haciendo alusión a San Pablo (Cf. 1 Co 10, 17), nos dice: La unión con Cristo es al mismo tiempo unión con todos los demás a los que él se entrega. No puedo tener a Cristo sólo para mí; únicamente puedo pertenecerle en unión con todos los que son suyos o lo serán. La comunión me hace salir de mí mismo para ir hacia Él, y por tanto, también hacia la unidad con todos los cristianos. Nos hacemos « un cuerpo », aunados en una única existencia. Ahora, el amor a Dios y al prójimo están realmente unidos: el Dios encarnado nos atrae a todos hacia sí. Se entiende, pues, que el ágape se haya convertido también en un nombre de la Eucaristía: en ella el agapé de Dios nos llega corporalmente para seguir actuando en nosotros y por nosotros. Sólo a partir de este fundamento cristológico-sacramental se puede entender correctamente la enseñanza de Jesús sobre el amor. El paso desde la Ley y los Profetas al doble mandamiento del amor de Dios y del prójimo, el hacer derivar de este precepto toda la existencia de fe, no es simplemente moral, que podría darse autónomamente, paralelamente a la fe en Cristo y a su actualización en el Sacramento: fe, culto y ethos se compenetran recíprocamente como una sola realidad, que se configura en el encuentro con el agapé de Dios. Así, la contraposición usual entre culto y ética simplemente desaparece. [5].
Y de las grandes parábolas de Jesús el Santo Papa, al hacer alusión a la Parábola del Buen Samaritano (Cf. Lc 10, 25-37), nos dice que nos lleva sobre todo a dos aclaraciones importantes. Mientras el concepto de « prójimo » hasta entonces se refería esencialmente a los conciudadanos y a los extranjeros que se establecían en la tierra de Israel, y por tanto a la comunidad compacta de un país o de un pueblo, ahora este límite desaparece. Mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo pueda ayudar. Se universaliza el concepto de prójimo, pero permaneciendo concreto. Aunque se extienda a todos los hombres, el amor al prójimo no se reduce a una actitud genérica y abstracta, poco exigente en sí misma, sino que requiere mi compromiso práctico aquí y ahora. La Iglesia tiene siempre el deber de interpretar cada vez esta relación entre lejanía y proximidad, con vistas a la vida práctica de sus miembros. [6].
Escucha Israel, Jesús comprendió a la perfección la Ley enseñada en la Sagrada Escritura, pues al Ser uno con el Padre es el único que conoce al Padre que se indica en el Libro del Deuteronomio (Cf. Dt 6, 5).
En un mundo actual, lleno de violencia, la Cuaresma nos ofrece tiempos de cambios de actitud, ante Dios y la vida, ante el medio ambiente, los desastres naturales, en las que oportunamente el Papa Benedicto XVI, ha dado grandes mensajes de Esperanza y Amor por la humanidad, es bueno rezar y meditar, por ejemplo del Salmo 85 (84), 11: “Amor y Lealtad se han dado cita, Justicia y Paz se abrazan” [7].
PAZ Y BIEN
ARCD
Notas:
[1] Cf. Dios es Amor en Jn 1 Jn 4, 8; y el Salmo 85 (84).
[2] Cf. Escucha Israel, en:
[3] Cf. Nota [4] del escrito indicado en Nota [2].
[4] Cf. Los siguientes documentos:
Carta al Editor de Tópicos, de Fr. Federico Hernández Carrillo (OFM), actual Párroco de Santa María Goretti en Saltillo Coahuila; y Fr. Daniel Martínez Martínez (OFM), actualmente en Our Lady Guadalupe Church, en Monte California:
Cf. Los Cuadros del 1 al 4 en relación a Encíclicas; en:
Cepeda Dovala, Angel R. 2007. Reseña de Libro: Carta Encíclica Deus Caritas Est del Papa Benedicto XVI.
[5] Cf. Deus Caritas Est No 14, en:
[6] Cf. Deus Caritas Est No 15, en web ídem [5]